Si crear una obra de cerámica desde una pella de barro es un proceso creativo, al mismo nivel de creatividad está el pintarla. Pero si quieres que tus piezas reluzcan, tomen color y cobren vida necesitarás manejar distintas técnicas de pintura en cerámica.
Por ello en este artículo te contamos los pasos que debes dar de manera genérica y, al final, te explicamos distintas técnicas concretas.
Técnicas para pintar cerámica paso a paso
Te contamos a continuación los pasos básicos que debes dar a la hora de pintar cerámica.
Fijación de la mesa
La superficie en la que te apoyes debe ser firme y fija, así eliminas vibraciones (que se reflejan en el acabado de las piezas). Y aunque parezca obvio, cúbrela con algún mantel que puedas lavar después de su uso si no quieres que con el tiempo acumule pegotes de pintura. Así mismo, te aconsejamos que cubras también las paredes de alrededor.
Lijado de la pieza
El lijado de la pieza es un paso clave en el proceso. Pasándole una lija suave se eliminan irregularidades y grumos superficiales, dejando la pieza lista para que la pintura sea debidamente absorbida.
El uso de pinceles
A la hora de dar pintura el pincel es el elemento clave. Para ello:
- Usa un pincel grueso para dar la primera capa de pintura sobre nuestra pieza decolorada. Es una cuestión de tardar menos para darle completo color.
- Usa un pincel intermedio para los bordes, allí donde es necesario afinar más con los colores.
- Usa pinceles delgados para los detalles o los hoyos o relieves que haya en la pieza, pues ahí la cantidad de pintura depositada es clave para la calidad final de la pieza.
Los colores
A la hora de elegir los colores comienza por el negro y blanco (sobre los que aplicar otros colores encima) y los primarios. No pretendas tener una amplia variedad y tonalidades, pues la creatividad, originalidad y belleza de las piezas suele residir en la mezcla de estos, en su combinación, dando como resultado una completa paleta de colores o en su contraste al ponerlos próximos.
Una buena práctica suele ser el aplicar la pintura en un trozo de cerámica (de la misma pieza). De este modo puedes ver como de duro es su aplicación y como quedaría.
Baldosas o paletas
Las baldosas suelen usarse a modo de paleta de colores, para mezclarla, en lugar de los godetes (más complejo).
Espátulas
Muy útiles para mezclar pintura o retirala de las baldosas e, incluso, de la propia pieza final si nos hemos excedido en algún punto.
Cubetas y agua
Cuando pintes una pieza tendrás que usar un mismo pincel con distintos colores. Para ello te aconsejamos que tengas varias cubetas o recipientes con agua donde puedas ir limpiándolo para diferentes usos. En ocasiones tendrás que usar disolvente.
Laca
Gracias a la aplicación de la laca lograrás que la pintura no se cuartee ni se raje, ayudando a fijar la pintura. No obstante, si el enfriamiento tras la cochura es demasiado rápido, no habrá laca que evite la pintura se agriete.
Técnica de calca
A partir de un dibujo cualquiera y con un papel de calca, este es calcado sobre la superficie de la pieza, dejándola pendiente de darle color y perfilar si se desea. Sin lugar a dudas, una de las técnicas más antigua empleadas por los maestros alfareros.
Técnica de la esponja
Consiste en mojar la esponja en pintura y pasarla sobre la pieza. El resultado final dependerá de la cantidad de pintura, la fuerza con la que esta se aplique y la manera en la que esta se impregne, pudiendo conseguir difuminar la pintura logrando efectos visuales muy distintos.
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Técnica de cepillado, rascado o esgrafiado
Aunque pueda parecer muy ruda, con la técnica de cepillado no sólo se consiguen hacer degradados, sino que además proporciona a la pieza una textura aterciopelada.
Como su propio nombre indica, una vez pintada se raspa con un cepillo de púas cortas, logrando también eliminar excedentes de pintura que hayan quedado.
Técnica de las burbujas
Partiendo de una mezcla de pintura de color, jabón y agua, con una pajita se empieza a soplar creando burbujas y vamos pasando la pieza sobre las burbujas. De esta manera la pintura se transferirá a la superficie de la obra generando un efecto visual muy llamativo.
Técnica del envejecido
Junto con los esmaltes, esta técnica consiste en la aplicación de una pasta grasosa que aparentemente hace envejecer las obras de arte.
Puede aplicarse directamente sobre la superficie sin pintar o una vez pintada (según se quiera resaltar) y dependiendo de su modo de aplicación se pueden lograr efectos visuales muy distintos.